Bukele ironiza con el encuentro: "Ábrego, milagrosamente resucitado de los 'campos de exterminio' y la 'tortura', ahora bebe margaritas"
Van Hollen asegura que Ábrego está "traumatizado" tras pasar por la macrocárcel de El Salvador
MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
El senador demócrata por el estado de Maryland Chris van Hollen ha viajado hasta El Salvador para reunirse en persona con Kilmar Ábrego, el hombre de origen salvadoreño deportado al país centroamericano por la Administración Donald Trump tras un "error administrativo" y bajo la acusación de pertenecer a una pandilla.
Van Hollen, que en los últimos días ha solicitado reunirse con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, para abordar la situación, ha publicado ahora en sus redes sociales una imagen del encuentro con Ábrego. "Dije que mi principal objetivo en este viaje (a El Salvador) era reunirme con Kilmar. Esta noche tuve la oportunidad", ha dicho.
El senador ha relatado más tarde en una rueda de prensa desde Washington que Ábrego, tras ser detenido, fue llevado a un centro de detención en Baltimore, donde le negaron la posibilidad de realizar una llamada a su familia para informar sobre lo sucedido.
"En algún momento, no sé si fueron horas o días, le esposaron, le pusieron grilletes y le subieron a un avión junto con otras personas", ha explicado, agregando que en ese momento le trasladaron a la cárcel de máxima seguridad de El Salvador, conocida como el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).
"Le pusieron en una celda con, si mal no recuerdo, unos 25 presos más en el CECOT. Dijo que no tenía miedo de los demás presos en su celda, pero que estaba traumatizado por estar en el CECOT y temeroso de muchos de los presos de otros bloques que le llamaban y se burlaban de él de diversas maneras", ha agregado.
Ábrego posteriormente fue trasladado a otro centro de detención en Santa Ana con "mejores condiciones", si bien "todavía no tiene acceso a noticias del mundo exterior ni la posibilidad de comunicarse con nadie", ha advertido.
Durante la rueda de prensa, Van Hollen también ha denunciado complicaciones a la hora de reunirse con Ábrego. "A las afueras de CECOT, nos detuvieron unos soldados. Se veía que el resto del tráfico podía pasar. Nos detuvieron y nos dijeron que no podíamos seguir adelante", ha resaltado.
"Es importante que la gente entienda que este caso no se trata solo de un hombre. Se trata de proteger los derechos constitucionales de todos los residentes de Estados Unidos. Si se niegan los derechos constitucionales de un hombre, se amenazan los derechos constitucionales y el debido proceso de todos los demás en Estados Unidos", ha zanjado.
En la imagen comparitda por Van Hollen, Ábrego aparecen sentado en lo que parece un restaurante con vasos en la mesa. De hecho, el propio Bukele ha aprovechado para ironizar con la instantánea y poner en duda las críticas que recibe el CECOT, la macrocárcel en la que se han denunciado malos tratos y condiciones vejatorias para los presos.
"Kilmar Ábrego García, milagrosamente resucitado de los 'campos de exterminio' y la 'tortura', ahora bebe margaritas con el senador Van Hollen en el paraíso tropical de El Salvador", ha afirmado Bukele en sus redes sociales, donde ha aseverado que "ahora que se ha confirmado su salud", a Ábrego "le corresponde el honor de permanecer bajo custodia de El Salvador".
Ábrego fue deportado a mediados de marzo como parte de las políticas impulsadas por Trump para expulsar a los migrantes ilegales del país, si bien en este caso el ciudadano salvadoreño gozaba de estatus de protección temporal concedido por un juez en 2019 tras abandonar su país de origen huyendo de la violencia.
La jueza federal Paula Xinis ordenó su repatriación, si bien la Administración Trump recurrió al Tribunal Supremo para que bloqueara la decisión. Sin embargo, el máximo tribunal estadounidense respondió que el Gobierno debía "facilitar" el regreso de Ábrego, pero sin dictar ninguna orden concreta al respecto.
Ahora, tanto las autoridades de Estados Unidos como el propio Bukele han rechazado la posibilidad de que Ábrego sea devuelto a territorio estadounidense. Por un lado, el salvadoreño se niega a liberar a quien considera es un "criminal", mientras que en Washington dicen no tener autoridad para ello.
Organizaciones de derechos civiles han cuestionado la falta de garantías o directamente la legalidad de estas deportaciones masivas impulsadas por Trump, especialmente después de que un juez federal ordenara su paralización por considerar inadecuada la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros, que data de finales del siglo XVIII.