ECUADOR, 1 Jan (EUROPA PRESS)
La Fiscalía de Ecuador confirmó este martes que los restos calcinados hallados cerca de la base áerea del Ejército en Taura, pertenecen a los cuatro adolescentes desaparecidos en el barrio Las Malvinas en Guayaquil a principios de diciembre, durante una operación militar. En respuesta, el Gobierno ecuatoriano aseguró su "compromiso con la verdad" y prometió "total transparencia" en las investigaciones del caso.
El Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas han declarado su cooperación "sin reservas ni condicionamientos" con la investigación en curso, buscando "la verdad y la justicia" para esclarecer los hechos. Familias y vecinos de los menores marcharon, llevando los féretros hacia el cementerio Ángel María Canals, exigiendo justicia para Ismael, Josué, Saúl y Steven, quienes tenían entre 11 y 15 años.
Los chicos fueron detenidos el 8 de diciembre por militares y desde entonces, no se tuvo noticia sobre su paradero hasta el descubrimiento de sus cuerpos. La Justicia ha impuesto prisión preventiva a 16 militares acusados de desaparición forzada, basándose en testimonios y evidencias recogidas durante la investigación.
En medio del luto nacional de tres días decretado por la Asamblea Nacional, se han interpuesto solicitudes de juicio político contra altos funcionarios, incluyendo al ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo. Se ha exigido también al Ministerio de Defensa, realizar disculpas públicas a las familias de las víctimas a través de un mensaje televisado.
El CDH ha expresado su consternación por los sucesos, marcando el caso como un impacto profundo para la sociedad ecuatoriana y cuestionando la estrategia de militarización del presidente Daniel Noboa en su lucha contra el crimen organizado. La involucración del Ejército en desapariciones desde la declaración del estado de conflicto armado interno ha vuelto a encender el debate sobre estas medidas.