BRASILIA 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Brasil ha imputado formalmente al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por una supuesta trama de sobornos a cambio de favorecer la expansión de la empresa Odrebetch en Angola.
Lula, el empresario Marcel Odebrecht y otras nueve personas han sido acusadas este lunes por corrupción, blanqueo de capitales, tráfico de influencias y asociación criminal, según la nota difundida por los medios brasileños.
La Fiscalía considera que existen indicios de que el expresidente cobró parte del dinero que el Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) de Brasil había entregado a Odebrecht para sus proyectos en Angola. La empresa habría repartido 30 millones de reales (8,4 millones de euros) en sobornos.
La Fiscalía asegura que los pagos, aunque estuvieron "justificados" en términos formales --por ejemplo como supuestas conferencias--, podrían tener como "verdadera motivación" el traspaso de dinero bajo cuerda, según el texto firmado por Francisco Guilherme Bastos, Claudio Ivan Marx y Luciana Oliveira Loureiro.
Lula ha defendido en su página de Facebook su labor de conferenciante y ha explicado que, desde que dejó la Presidencia, ha dado 72 charlas para 45 empresas. "Criminalizar una actividad que también realizan otros expresidentes sólo se entiende como una persecución política", ha añadido.
PROCESOS PENDIENTES
Esta denuncia se suma a la presentada el mes pasado por la Fiscalía que llevará a Lula a juicio por corrupción y blanqueo de capitales por, supuestamente, aceptar como pago por sus favores políticos un tríplex de lujo en Sao Paulo, en el marco de la trama de Petrobras.
Además, Lula está inmerso en una investigación federal en Brasilia por un supuesto delito de obstrucción a la justicia. Al parecer, intentó comprar el silencio del exdirector de Petrobras Nestro Cervero, uno de los delatores de 'Lava Jato'. También indagan en la compra de un inmueble en Atibia con la ayuda de Odebrecht, otra de las compañías señaladas.
Las pesquisas contra Lula ahondan en la grave crisis que sufre el Partido de los Trabajadores (PT), que el pasado 31 de agosto perdió el Gobierno después de que Dilma Rousseff fuera destituida por el Senado en un juicio político por irregularidades contables.